La lucha de San Agustín


Escrita y enviada en el año 397, no llegó a Jerónimo de forma directa. En su lugar, parece haber entrado en circulación en Italia y sus alrededores, donde fue encontrada en una isla del Adriático por Sisinio, un amigo de Jerónimo, quien hizo una copia y la envió a Belén. La feroz reacción de Jerónimo era comprensible en estas circunstancias, pero debemos tener cuidado de no tomar partido en la rivalidad resultante.

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Agustín no quiso escribir un libro "contra Hieronymum"

Agustín no quiso escribir un libro "contra Hieronymum", y seguramente lamentaba que el original de la carta no hubiera llegado a las manos de Jerónimo; pero al mismo tiempo, debemos suponer que estaba encantado de oír que la carta había tenido un éxito literario en Italia, e incluso podemos sospechar que había tomado medidas para asegurar que así fuera. Involucrar a una figura literaria de primera línea en el coito epistolar fue una forma distinta de que el obispo de Hipona, un hombre con una reputación aún por hacer, llegara a los ojos del selecto pero influyente público literario cristiano de entonces. Pero lo que debe ser enfatizado es cuán tradicional era la manera de abrirse camino en el mundo: hay poco que separe a Agustín de su anciano contemporáneo Symmachus en este aspecto, excepto que Agustín tuvo que trabajar más duro para darse a conocer.

La lucha de Agustín

De la misma manera, la lucha de Agustín por encontrar su voz como escritor34 lo muestra tambaleándose bajo el reto de encontrar una manera de ser tanto escritor como sacerdote/obispo, pero al final no sólo triunfa, sino que triunfa de una manera que le da una carrera como escritor muy al modo clásico y empleando géneros clásicos.35 Si pensamos en los libros que entraron en circulación en su vida, de hecho, se verá muy tradicional - el género más distintivo que tenemos de su "pluma", el sermón, es precisamente el que menos circuló en forma escrita en su vida. En cambio, dejó cartas y libros en abundancia, pero sólo por su abundancia y su contenido se comentan. A este respecto, es instructivo que un punto de inflexión en su carrera literaria fue su primer libro como obispo, inacabado durante muchos años, pero que aún mostraba dónde estaban su cabeza y su corazón en ese momento. La de doctrina christiana es una versión cristiana del orador de Cicerón, y no puede ser coincidencia que este gesto imite la propia maniobra de Ambrosio al escribir el de officiis ministrorum en un modo igualmente tradicionalista. Sabemos que Cicerón ha sido cristianizado y le hemos dado todo el valor a esa transformación, pero es igualmente importante que se pensó que era necesario y útil "hacer el cristianismo" en un sentido tan ciceroniano.36

Autoformación

Y por supuesto fue el mismo Agustín, en un ejercicio implacablemente moderno de "autoformación", quien por sus retractaciones y por el indiculo de su obra que nos llega con el nombre de Posidio, aseguró que su vida se conocería por sus textos, y por sus textos tal como los escribió. La historia de la erudición moderna ha sido la historia de la colaboración en ese ejercicio, tanto como en la construcción de la narrativa de la conversión. La influencia de Erasmo es decisiva aquí como en otros lugares37 , pero los mauristas y sus avatares modernos, los eruditos de los Études Augustiniennes de París, nos han dado no sólo una consistencia sino también implícitamente una ortodoxia de la tradición.

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